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Gonzalo García-Marina: “Utilizo la competitividad para superarme a mí mismo y aprender cada día un poco más”

Con sólo 18 años, ha conseguido entrar en una de las universidades de moda más exigentes y prestigiosas de París. Gonzalo García-Marina es un joven de Valladolid con una pasión: el diseño de moda.

  • ¿Qué es lo que más te gusta de estudiar en París?

Lo que más me gusta de estar estudiando en París es el ambiente que hay, sobre todo en mi escuela. Estudio en el IFM (Institute Français de la mode), una institución internacional. Es increíble el poder tener en la misma clase a una persona procedente de China, a otra de la India, a otro estadounidense, es decir, el que haya gente de todas las nacionalidades es muy enriquecedor especialmente a la hora de crear en el mundo de la moda ya que puedes ver su feedback o su estética. Todos somos muy distintos entre nosotros, pero aprendemos mucho los unos de los otros. Sin duda lo que más me está gustando de París es la interculturalidad que hay. Cada uno tenemos unos ideales estéticos muy distintos.

  • ¿Y lo que menos?

La competitividad. La universidad en sí es muy competitiva. Aceptan a muy poca gente y consecuentemente hace que los alumnos tengan mucho nivel. Sin embargo, creo que está bien que haya esta competitividad porque nos están enseñando lo que es la industria de la moda, porque realmente este mundo es eso. Es un sector en el que mucha gente quiere tener su hueco. Creo que la universidad es así de exigente porque te está preparando para cuando salgas a trabajar en la industria. Yo utilizo esta competitividad para superarme a mí mismo y aprender cada día un poco más

  • ¿Qué te llevó a estudiar a París?

De pequeño siempre decía que quería estudiar en Londres por mi profesora de costura, Angus, a quien también le estoy eternamente agradecido, pero lo pensé bien y, personalmente, al enfocarme sobre todo en la alta costura, me di cuenta de que me gustaba un estilo mucho más acorde a París. Londres tiene un toque muy “underground”, más rebelde, mientras que en París están todas las casas de alta costura y es una ciudad en la que predomina la elegancia cuando hablamos de moda. 

  • ¿Qué diseñador te inspira más a la hora de trabajar?

Mi mayor inspiración es Cristóbal Balenciaga. Me parece espectacular como en su época podía crear cosas tan actuales. Sin duda Balenciaga ha sido una fuente de inspiración y un punto de partida en cuanto a la manera de manipular las telas, los patrones, los cortes o los volúmenes. Para mí es el maestro de los maestros y siempre lo será. 

  • ¿Dónde te ves en diez años?

Al terminar la carrera me gustaría quedarme un tiempo en París porque es donde más oportunidades tengo para expandirme personal y profesionalmente. Mi objetivo principal es llegar a ser director creativo de una casa de moda importante pero obviamente también quiero trabajar en el equipo de diseño para conocer bien la industria y tomar contacto con ella. 

  • ¿Cuál fue la primera prenda que fabricaste?

Un top que hice a mi hermana Magui unas navidades. Era muy sencillo, tenía una tela plisada y metalizada rosa que se le ajustaba ligeramente al cuerpo. Fue algo muy básico pero para mi fue algo increíble. Toda mi familia estaba encantada. A día de hoy lo veo y no me parece gran cosa pero en el momento fue increíble. 

  • ¿Siempre has querido dedicarte al diseño de moda?

Es algo que me apasiona desde que tengo seis años. Todo empezó cuando durante una comida familiar mi hermana y prima empezaron a decir que de mayores les encantaría ser diseñadoras de moda y me llamó la atención. Una semana más tarde, mi abuela me regaló un cuaderno y unas pinturas y desde entonces no he parado. Por un lado, se lo debo todo a mi familia que me ha apoyado desde el primer momento. Tengo muchísima suerte. Mi abuela y mi hermana son las que más me han apoyado desde siempre. Magui ha estado a mi lado desde el principio de mi carrera y hemos tenido momentos muy divertidos a lo largo de los años porque todas las sesiones de fotos las hacía con ella. Al final, esto no ha hecho más que fortalecer nuestra relación como hermanos. Por otro lado, estoy muy agradecido también por poder trabajar con un equipo increíble formado por mi fotógrafo Antón y mi modelo Amalia, que, sin duda, han y seguirán formando parte de esta inimaginable aventura.

  • ¿Cuál es la prenda más difícil que has creado?

Tengo dos prendas en mente. Por un lado, unos pantalones de volantes de organza que a día de hoy los considero una prenda clave en mi trayectoria como diseñador ya que me costó crearlos mucho más de lo tenía en mente. Los hice en un proceso de tres meses en los que tuve que hacer varias pruebas. Al final quedé muy satisfecho con el resultado. Por otro lado, hay una chaqueta que hice el año pasado que era negra y tenía un patrón muy complicado porque quería hacer un homenaje a Balenciaga y quería hacerla con las mismas costuras dentro de lo posible. Al final conseguí que tuviese solo una costura igual, la de los hombros, pero a nivel de patrón fue todo un reto. Estoy muy orgulloso de ella porque es una chaqueta diferente. 

Pantalones de volantes creados por Gonzalo García-Marina. Foto cedida @anton_vilfer
Chaqueta inspirada en Cristóbal Balenciaga creada por Gonzalo García-Marina. Foto cedida @anton_vilfer
Modelo posando con la chaqueta. Foto cedida @anton_vilfer
  • ¿Prefieres hacer ropa de mujer o de hombre?

De mujer. Siempre me ha llamado más la atención y me he sentido más libre y creativo creando ropa de mujer. 

  • ¿En qué consiste tu último proyecto?

Se llama “New Body Project” y consiste en construir una nueva morfología, es decir, un nuevo cuerpo humano, a partir de una goma desde la que tenemos que esculpir esa nueva morfología. Una vez creado el cuerpo, tienes que vestirlo como vestirías a un cuerpo normal con ropa vintage que tienes que comprar para después descomponerla despiezando los patrones y finalmente crear una prenda nueva a partir de las telas. La verdad que es un reto muy divertido y ha requerido mucho trabajo. Quería hacer algo que se adecuase a lo que la Universidad pedía pero sin perder mi estilo. Lograr un punto intermedio entre la estética de la universidad y la mía ha sido todo un reto. Me inspiré en las Meninas de Velázquez dándoles un toque futurista. También utilicé prendas militares que compré en los mercados vintage de París. Realmente me gusta que la universidad no nos ponga facilidades a la hora de hacer los trabajos porque nos obliga a salir de nuestra zona de confort y a explorar nuevos sitios, como los mercados, que están situados en las afueras de París. Estudiar en París es una pasada, es una ciudad llena de oportunidades. -CARLA RAMÍREZ-MARAÑÓN

Morfología esculpida por Gonzalo García-Marina. Foto cedida @anton_vilfer
Prenda creada a partir de patrones por Gonzalo García-Marina. Foto cedida @anton_vilfer

Redactora en REVISTA OVER THE TOP

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