El impresionismo es un movimiento artístico precedido por el cuadro Impresión, sol naciente de Claude Monet, generalizado a otros expuestos en el salón de artistas independientes de París entre el 15 de abril y el 15 de mayo de 1874.
Aunque el adjetivo «impresionista» se ha aplicado para etiquetar productos de otras artes, como la música y la literatura. Sus rasgos artísticos particulares como la luz, el color y la pincelada hacen únicas sus obras más representativas.
Los pintores impresionistas rechazan el academicismo del arte oficial que se exhibe en los salones oficiales, aunque aspiran a exponer en ellos. Más que de movimiento, en los pintores impresionistas prima un sentimiento de amistad.


Retrato de Oscar-Claude Monet. Créditos de Patricia Muñoz








Al igual que en la moda, utilizaban los colores primarios y complementarios. Los colores no se mezclan en la paleta. Es el ojo humano el que capta los colores mezclándolos por su proximidad. Es importante la luz y su incidencia sobre los motivos representados. Prestan especial atención a los efectos de la luz en las distintas horas del día o diferentes épocas del año.
Dafne Patruno, experta de moda y arte y creadora del blog Bcncoolhunter dice: “En la pintura impresionista, las figuras y su vestimenta quedan transfiguradas por la magia de las sombras y de las luces, la restitución de la gestualidad y del juego de los tejidos en los cuerpos. Por su poder de evocación, ganan en autenticidad. En ellas aprendemos mucho más de la sociedad de aquel tiempo que mediante el retrato o el posado”.
¿Conocías la redacción con la moda de esta corriente artística? – PATRICIA MUÑOZ. Pamplona
One Comment
Pingback: