“Un modisto debe ser arquitecto de la forma, pintor para el color, músico para la armonía y filósofo para la medida”
Cristóbal Balenciaga.
Cristóbal Balenciaga nació en el año 1895 en Getaria, País Vasco. Como referentes tuvo a su padre y a su madre. Él fue pescador, estilo que se vio reflejado en algunos de sus diseños, y ella era costurera.
Su madre se convirtió en una de sus primeras clientes y quién le ayudó a tener ese gran talento. En el año 1907, comenzó su carrera como sastre en la ciudad de San Sebastián, sin dejar de lado su conexión a la moda parisina.
A los 22 años emprende su primer negocio, inscribiéndose en el libro de matrícula industrial, dentro del epígrafe de Modista. En cuestión de un año empezó a dar cabida a nuevos socios. Años más tarde, en 1924, formaban su negocio 71 trabajadores.
Su primera empresa estuvo abierta hasta 1937, fecha de su traslado a París (empujado por la Guerra Civil Española). Sin duda, su etapa parisina fue decisiva para convertirse en uno de los diseñadores más influyentes de la historia. Incluso era conocido como “el maestro de todos nosotros” por alguno de sus colegas contemporáneos, como Christian Dior.
Balenciaga fue un diseñador con alta capacidad innovadora, en constante evolución y con un conocimiento profundo sobre cómo interpretar el cuerpo femenino; consiguiendo el sentido de la proporción y la medida.
El Museo Balenciaga cuenta, actualmente, con dos exposiciones: Balenciaga carácter, dedicada a los diseños textiles, y Tom Kublin para Balenciaga (una colaboración inusual) dedicada a fotografía.
La exposición trata una nueva perspectiva de la obra del diseñador tras el 50 aniversario de su muerte, centrándose en algo nuevo y en lo reconocible como “Balenciaga”.
Su obra destaca por los volúmenes y el uso de tejidos llevados al extremo de sus posibilidades, donde también es notable el minucioso trabajo de cada ojal, los bordados, la precisión y el mínimo de costuras.
Pero, quizás os preguntéis: ¿Qué es “un Balenciaga”? ¿Cuál es su distinción? ¿Qué le da ese carácter que recibe el nombre de la propia exposición? Sus principales señas de identidad son las siluetas historicistas de finales de los años 30, hasta las formas más abstractas de los 60, pasando por las líneas icónicas de los años 50, las formas y volúmenes.
Esta exposición profundiza en la relación que tenían el fotógrafo, Tom Kublin, y el diseñador de moda, Cristóbal Balenciaga.
Tom Kublin desarrollo su carrera profesional coincidiendo con la época de la II Guerra Mundial. En estos años, la fotografía presentaba la moda desde diferentes enfoques, siempre teniendo en cuenta el carácter innovador y la calidad técnica que requería la alta costura.
En concreto, Balenciaga solía fotografiar los diseños de las colecciones por proteger su copyright pero, a partir de los 60, se extendió a la filmación de las colecciones de Balenciaga.
La exposición cuenta con más de 100 fotografías y 5 extractos de películas.
¿Quieres ver cómo fueron los orígenes de sus desfiles de moda? Echa un vistazo al siguiente vídeo.
¿Qué te ha parecido esta cobertura sobre la firma “Balenciaga”? Cuéntanos por comentarios tus impresiones y síguenos en nuestras redes sociales: Instagram, Twitter, LinkedIn, Tiktok y Pinterest para no perderte ninguno de nuestros post. – MARÍA AGUIRRE. Pamplona.
Imagen destacada | Patrones hechos con tela para prendas de la marca Balenciaga. M.A.
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